17.4.10

¿Por qué será?

Sólo tengo seguidores hombres... esta bien, ni debí haber preguntado.



Tubo, tubo... ¡ea! ¡ea!...

9.4.10

Entre húmedados y traicioneros pensamientos te veas

Luisa tiene bastante tiempo sin sexo, más del que ella quisiera en realidad, era increíble como cualquier cosa la asociaba con sexo donde incluso la mas mínima idea de una palabra daba pie a todo un circo de emociones entre sus piernas.Eran ya días en los que si alguien decía algo tan simple como " Nos venimos al mismo tiempo.... a la casa" ella solo le retumbaban las primeras 5 palabras.


No podía más, el leve roce de las yemas contra su propia ropa le electrizaba la espina. Pero no era posible hacer nada, tenia una cita para ver si rentaba una de las casas del centro de la ciudad y honestamente necesitaba el efectivo.La casa era muy grande y había batallado en rentarla completa, por lo que decidió rentarla en pequeños departamentos a personas... solas. Luisa siempre buscando la manera para acorralar gente para llevarlos al límite, del que fuera no solo sexual.


Iba a encontrarse con un hombre de poco más de 30 años, que según le había dicho él mismo que estaba escribiendo un libro y necesitaba salirse de su mundo para lograrlo. No sabía su nombre; era alto de cabello ensortijado y negro casi violáceo, obviamente no era mexicano, su acento lo delataba y Luisa decidió llamarlo "El Balcánico" para evitar esos sentimentalismos de darle nombre a un rostro, ya había aprendido que eso no era bueno.


A las 4 en punto era la cita en un cafécillo cercano a la misma casa a rentar, ella como siempre había llegado puntual y no estaba El Balcánico.Luisa decidió esperar lo que le durara un cigarrillo y no más, su mente divagaba demasiado y era incluso peligroso estar ahí... el cigarrillo estaba por terminarse y nada del susodicho. En la mesa contigua se sentaron dos mujeres y justo cuando Luisa estaba por dar la última fumada sintió una penetrante mirada, en la mesa del frente se había sentado un imponente señor, impecablemente bien vestido, que desabotono su saco para sentarse mientras veía fijamente en dirección a Luisa, quien casi instintivamente cruzó sus piernas, echó el tronco hacia adelante soportando sus codos en la mesa, las manos juntas a lado de su cara y con la cadencia que la caracteriza bajo la vista para inmediatamente subirla para responder semejante invitación... pero sólo para darse cuenta que no la veía a ella, sino al joven mozo que recogía las mesas tras ella. Él honorable caballero, reina de closet; que decepción para Luisa que ya se imaginaba metiendo mano entre el satín del saco y el lino italiano de la camisa de semejante espécimen.

Por fin llego El Balcánico, con una cara ruborizada y el pelo revuelto... Luisa instantáneamente pensó que lo había retrasado algún encuentro entre sábanas o como mínimo un apasionado beso en las escaleras de la entrada, lo que fuera que saciara en pensamientos cada vez mas evidentes de Luisa.


-"Lo siento mucho, la verdad no tengo escusa pero ya estoy aquí. Hablemos de negocios."-le decía mientras apresuradamente se sentaba y trataba de acomodar alguno de sus rizos. Luisa le ofreció un cigarrillo que rechazo, que raro, un europeo rechazando un cigarro - "Entonces quieres rentar la casa vieja del centro, debes saber que ahí solo hay un cuarto viejo, un baño pobre y tal vez un único enchufe y un apagador "-. El Balcánico se llevó una mano a la boca y entre miradas pensativas se inclino hacia la mesa - "Lo acepto "-.-"Pero no te he dicho cuanto cuesta"-.-"No importa, suena como justo lo que necesito. Vamos ahora mismo a verlo"-.


Era verdad esa casa no era más que un enorme patio con dos cuartos, el baño estaba separado de la recámara. En el primer cuarto sólo había una vieja cama de herrería desgastada y junto a la ventana, una ventana pequeñisima, una mesa con un banco de madera. Fría, oscura y lúgubre.


El Balcánico dio unos pasos adentro, volteo hacia Luisa y con una enorme sonrisa extendió la mano y dijo "Es Perfecto". Luisa vio su mano, era peculiar... tenia el meñique desviado hacia afuera... como si escapara de su misma mano, ¿sería que tenía vida propia? ¿si la tomara por la cintura se revelaría para tratar escapar mas abajo?. -"Pero te has quedado helada, anda tomame de la mano que ésto no será oficial hasta que me la des" agarró la mano de ella y apretándola firmemente. Luisa se sintió desmayar, era posible que ese apretón lo hubiera sentido tan fuerte en otro lugar de su cuerpo, pero no, sólo en su mente. Su mano era la que tocaba, eso y nada más. Algo detenía el impulso natural de Luisa de en ese mismo momento saciar, tomar y luego dejar.


El trato se hizo, Luisa entregó las llaves y salió de ahí tratando de caminar lo más disimuladamente posible. A cada paso que daba sentía sus labios resbalar, su pecho palpitar y sus tobillos flaquear. ¿Será demasiado?, a su mente revoloteaban imagenes borrosas de lo que pudo haber tomado de esa mano o esas piernas o esa boca o ¡esos malditos chinos entre los dedos de las manos de Luisa ! jalando, empujando, acariciando... oscilando.


¿Debió haberse ido? o prefería más lo que su mente podía pasar. Su poderosa fantasía llegó a cegar sus pensamientos, ¿será mejor hacer únicamente propios los deseos, su deseo?.
El Tantra comienza a tener sentido, contente Luisa.